Movilidad de peces mediterráneos

El movimiento es una característica fundamental para los peces, siendo vital en muchos de los procesos ecológicos y de evolución que se dan a lo largo de sus vidas. La migración es un fenómeno diverso y puede darse en multitud de diferentes formas. Una de ellas se conoce como migración parcial, la cual se caracteriza porque solo una fracción de la población migra. Históricamente, el fenómeno de la migración parcial ha recibido relativamente poca atención científica comparada con otras formas de migración, a pesar de que puedan tener significativas consecuencias ecológicas. Esto quizás sorprenda dada la importancia ecológica del proceso y su prevalencia en la naturaleza. Comprender la migración parcial es importante ya que es una poderosa fuerza en la distribución de los animales a través del espacio y el tiempo, e influye en procesos a todos los niveles, desde individuales hasta todo un ecosistema. Existen una gran variedad de factores que pueden ser importantes en la evolución de la migración parcial, como la competencia inter e intraespecífica por los recursos para la alimentación, reproducción y refugio, tolerancias fisiológicas, riesgo de depredación y diversidad intraespecífica del nicho ecológico. Su entendimiento mejoraría la conservación y gestión de las poblaciones de muchos peces, especialmente los ciprínidos de ríos mediterráneos, donde sus patrones migratorios no son conocidos.

Se especula que muchas especies de peces ciprínidos mediterráneos adultos migran pequeñas distancias hacia aguas arriba para la freza de invierno, aunque se ignora sus verdaderas causas. Se podría deber a otros factores que coinciden en un corto periodo de espacio y tiempo con la freza. Como por ejemplo, una respuesta fisiológica del individuo a la temperatura, disponibilidad de mayor alimento como consecuencia de la migración parcial de macroinvertebrados y así un desconocido etcétera.

El primer objetivo de los investigadores que estudian la migración de los peces es responder a éstas cuestiones; cuándo, dónde, porqué, quién y cómo los animales migran. Para contestar a estas preguntas se han utilizado tradicionalmente distintas técnicas de muestreo. No obstante, el entendimiento de la movilidad de peces se ha visto obstaculizada en el pasado por la falta de métodos apropiados para el seguimiento de los movimientos de los peces en su entorno natural. El uso actual de técnicas para el estudio de la migración de los peces se puede categorizar en dos clases; directas e indirectas. Entre las indirectas están los análisis genéticos moleculares para especies con comportamientos migratorios que difieren en distintas áreas geográficas. Otra técnica es el estudio de microsatélites en los otolitos. Esta técnica es particularmente útil para especies anádromas y catádromas, donde la composición química del agua dulce y salada es altamente divergente.

Entre las directas, la radio telemetría ha sido la más comúnmente empleada mediante distintas clases de marcas electrónicas son colocadas interna o externamente sobre el pez. Las técnicas de telemetría se pueden agrupar en dos grupos; activas y pasivas. La telemetría pasiva está basada en la colección de datos por medio de antenas fijas (pasivas) mientras que la activa por medio de antenas móviles o registrados hidroacústica. Mientras que la radio telemetría activa tiene muchas ventajas debido a que el investigador obtiene una escala fina de registros de la trayectoria individual del pez, el alto esfuerzo económico y de muestreo hace muchas veces inviable esta opción.

Las tecnologías denominadas Passive Integrated Transponder (PIT) y Visible Implant Elastomer (VIE) ha resuelto en parte este problema en los últimos tiempos, ofreciendo una alternativa versátil a los métodos tradicionales como son la radio telemetría o la acústica.

Las marcas PIT (PIT-tag) son pequeñas y baratas, duran indefinidamente y permita la identificación individual de los peces. Estas se componen de un microchip electrónico encapsulado en cristal biocompatible con los tejidos del pez, y que funciona como un transmisor y programado con un código alfanumérico que se emite cuando la etiqueta se activa por una antena externa. La funda de vidrio protege los componentes electrónicos y evita la irritación del tejido del animal marcado. El transmisor se coloca mediante una pequeña operación de implante en la piel del pez, por lo general en músculos o en cavidades del cuerpo. El transmisor es pasivo ya que no se activa hasta que una antena fija o un lector de mano se acerca al circuito. Si el PIT-tag está presente en el tramo de estudio, el campo electromagnético se activa inmediatamente transmitiendo el número identificador del microchip.

Los elastómeros se utilizan para marcar los peces mediante pigmentación fluorescente de la piel. Son resinas compatibles biológicamente de dos componentes que una vez mezclados se endurecen en poco tiempo. Éstas se inyectan bajo la piel del pez mediante una jeringuilla hipodérmica en tejidos transparentes o translúcidos como por ejemplo las aletas y los opérculos. A las pocas horas este líquido se solidifica y permite identificar al pez, mediante captura y recaptura de los individuos marcados. El uso de diferentes colores fluorescentes permite hacer códigos para separar a los peces en grupos. Además, estas marcas puedan verse con una luz adecuada incluso cuando son muy pequeñas. Entre las ventajas más destacables a reseñar se podría citar que las marcas con elastómeros pueden ser aplicadas a pequeños peces de forma rápida, económica, con una tecnología de aplicación simple y con un mínimo impacto en la supervivencia, crecimiento y comportamiento del animal.

Deja un comentario